Por lo general las personas buscan a un líder que es fuerte, estable y decidido - un individuo seguro de sí mismo, con una visión clara y dispuesto a luchar por ella. Al mismo tiempo buscamos líderes auténticos - personas vulnerables con las que nos podemos identificar. Según Thomas Härry, la simultaneidad de fortalezas y debilidades en nuestras vidas, es algo normal y cualquier variante de ello solo sucede en Hollywood. Por ello, los mejores líderes son aquellos que aceptan esta realidad y logran entender, que les hace fuerte, y que les hace débil.
En primer lugar nos enfocamos en entender que nos hace fuertes:
Tu fortaleza está en lo que puedes hacer. Todo lo que puedes hacer bien, ya sea de manera práctica, manual o intelectual, es una parte de tu fortaleza.
Tu fortaleza está en lo que sabes. La suma de conocimiento que has logrado aprender y entender a través de tu vida. Tus habilidades y tus conocimientos son como dos caras de la misma moneda. La una depende de la otra.
Tu fortaleza está en las áreas que has superado. En la vida, todos nos enfrentamos a situaciones complejas y difíciles. Estas nos pueden paralizar y lastimar, o pueden servir como oportunidades de crecimiento. Donde logras superar a situaciones como estas en tu propia vida, se vuelven en una fortaleza - experiencias que te dan sabiduría y te permiten entender y ayudar mejor a otras personas en situaciones similares.
Tu fortaleza está en lo que no temes. Hay pocas cosas que nos paralizan como el miedo. ¿Te has puesto a pensar que los animales solo temen lo que está frente a ellos? El ser humano es el único ser vivo capaz de temer lo que aún no ha pasado o quizás nunca sucederá. El aprender a domar tu miedo, es una fortaleza de gran valor.
En segundo lugar, buscamos reconocer nuestra vulnerabilidad.
Tu debilidad está en lo que temes. El miedo tiene muchas caras: miedo al fracaso, al rechazo, a la intimidad, al abandono, al dolor, etc. Estar consciente de nuestros temores es el primer paso para superarlos.
Tu vulnerabilidad está en tus errores y tus límites. Por más que quieras hacer todo de manera excelente, tarde o temprano cometerás errores y llegarás a tus límites. Es probable que en el transcurso termines decepcionando o incluso lastimando a otras personas. Por ello es importante aceptar esta realidad y estar dispuesto a reconocer tus errores y disculparte. Otro aspecto de igual importancia, es poder perdonarte a ti mismo.
Tu vulnerabilidad está en tus heridas. Se trata de las huellas que permanecen en tu vida a raíz de heridas profundas que viviste - decepciones que no has podido superar, amargura que ha cautivado a tu corazón o hábitos negativos. Simplemente hablar de ellos con un amigo de confianza o algún terapéuta puede ser de gran ayuda y encaminarte hacia la libertad.
Estar consciente tanto de nuestras fortalezas como de nuestras debilidades, y aceptar estos dos polos en nuestras vidas, nos puede ayudar a ser mejores líderes. Los invito a que hagan una especie de inventario de su propia vida:
¿Cuáles son tus fortalezas? ¿Qué puedes hacer bien? ¿Qué has aprendido? ¿Qué cosas has superado? ¿En qué áreas has perdido el miedo?
¿Qué temes en la vida? ¿Cuáles son tus límites? ¿Dónde has cometido errores? ¿Qué heridas llevas en tu vida que no han sando?
Estos comentarios son un resumen del capítulo 11 del libro de "Die Kunst des reifen Handelns" escrito por Thomas Härry. Foto: sum+it
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