Tomo una decisión diaria de permitir que las verdades y los valores de Dios influyan en mis sentimientos, pensamientos y acciones.
Me apego al encargo que Dios me ha dado para mi vida.
En situaciones de confrontación o decisión, aclaro mi postura de manera cuidadosa, explico claramente a lo que me refiero, y me atengo a mi postura.
No me retiro de personas con opiniones diferentes a la mía.
Asumo el control de mis propios sentimientos, pensamientos y acciones, y me abstengo de querer controlar estos mismos en las demás personas.
Resisto las soluciones rápidas y cualquier otra forma de consejos imprudentes o rápidos.
Me abstengo de buscar a culpables y en cambio pregunto ¿qué puedo hacer mejor yo mismo?
En mis relaciones me sostengo en la verdad, el amor y la reconciliación.
Me abstengo de pelear con personas que actúan en mi contra.
Aguanto a preguntas abiertas y situaciones no resueltas por tanto tiempo, hasta que se presenta una solución confiable.
En toda situación cuento con las posibilidades de Dios y confío en su ayuda.
Procuro dejar los espacios necesarios, para tomar preguntas urgentes con calma y tener tiempo para reflexionar y orar por sabiduría.
Estos comentarios son un resumen del capítulo 6 del libro de "Die Kunst des reifen Handelns" escrito por Thomas Härry. Foto: Nandhu Kumar.
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