Hasta aquí, nos hemos enfocado en aspectos generales o fundamentales de la personalidad madura. Ahora movemos nuestro enfoque al aspecto práctico – a la vida cotidiana. Según Thomas Härry, la finalidad de nuestra madurez es tener la habilidad de navegar a través de los diferentes retos, las dificultades y los conflictos que se presentan en nuestro diario vivir, sin caer en patrones simplistas que buscan pintar todo de blanco y negro, sino observar las cosas de manera más profunda. Mas bien, hay que reconocer que en la vida muchas veces nos movemos entre dos polos que a primera instancia parecen contradecirse. Actuar con madurez implica navegar entre dichos polos, analizarlos de manera profunda y cuidadosa, buscando sabiamente el mejor camino hacia adelante.
El primero de estos contrastes, es amar o decepcionar a las personas. Hasta cierto punto, a todos nos preocupa ser queridos – caer bien a la gente. Estamos llamados a amar a nuestro prójimo. Es nuestro deseo quedar bien, cumplir con las expectativas que las personas tienen hacia nosotros para que piensen y hablen bien de nosotros. Por otro lado, sabemos muy bien que no contamos con el tiempo ni las fuerzas para hacer todo lo que se espera de nosotros. Los que somos líderes, lo sabemos mejor que nadie. Tarde o temprano vamos a quedar mal y vamos a decepcionar a una u otra persona. Actuar con madurez implica aceptar esta realidad, y decidir de manera sabia e informada cuando ayudar y cuando decepcionar. Implica no caer en la necesidad de complacer a todos, pero tampoco hacer nada por nadie.
Härry sugiere analizar a las expectativas que se nos presentan y ofrece un marco de referencia que nos puede ayudar en la toma de decisiones.
Razones para reaccionar de manera positiva ante una expectativa:
Alguien me pide un favor, que me resulta fácil hacer y quiero hacerlo.
La expectativa que se me presenta se justifica porque tiene que ver con las tareas y responsabilidades ligadas a mi papel como esposo, esposa, padre, madre, líder de una organización, líder de un equipo, empleado, etc.
Mi relación con la otra persona se caracteriza por una responsabilidad mutua – por un dar y recibir de ambos lados.
Puedo decidir y actuar con libertad. Respondo a la expectativa, por que yo quiero, por qué lo hago con gusto y de corazón.
Cumplir con esta expectativa, me permite permanecer fiel a mis valores y a mi visión. Me permite expresar mis convicciones más profundas como cristiano. Al hacerlo, puedo vivir algo que es importante para mi.
Razones para decepcionar ante una expectativa:
Existe la posibilidad de que mi “si” realmente no ayude a la persona. Puede ser que alguien trate de deshacerse de una responsabilidad que bien podría hacer por sí mismo, pero que no quiere, ya sea por comodidad, por falta de disposición o incluso por falta de confianza en sí mismo. Cumplir con la expectativa en este caso, sería apoyar a la persona en su pasividad y evitar que aprenda, que asuma responsabilidad, que se atreva a hacer las cosas, que aprenda y se desarrolle (un error muy común en los padres).
Lo hago porque temo la crítica y el rechazo de la persona que lo espera de mi. Quiero quedar bien y ser amado y reconocido.
Cumplir con esta expectativa, me obliga a descuidar de mis tareas y responsabilidades reales ante mi familia, mi trabajo y mi área de responsabilidad. Me distrae de lo que actualmente debe tener prioridad en mi vida.
Cumplir con la expectativa implica romper con mis valores y convicciones más importantes y hacerme esclavo de las intenciones y planes de otra persona. Implica conformarme a la falsa percepción que alguien tiene de mí y no a lo que realmente soy.
Al hacerlo, ayudo a una persona a permanecer en sus patrones inmaduros y dañinos. Evito que asuma responsabilidad por sus propios errores y ponga las cosas en orden. Evito que aprenda a planear con tiempo, a comunicar de manera clara, administrar sabiamente a su dinero, dividir mejor a sus propias fuerzas, etc.
¿Qué expectativas estás enfrentando actualmente? Toma un momento para reflexionar al respecto. ¿Cuáles son tus motivos para aceptarlas? ¿Cuáles son tus motivos para decepcionar? Tomando en consideración el marco de referencia propuesto por Härry, ¿qué decisión sería la correcta?
Estos comentarios son un resumen del capítulo 7 del libro de "Die Kunst des reifen Handelns" escrito por Thomas Härry. Foto: energepic.com
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