Te invito a pensar en tu propia comunidad, y preguntarte, ¿de donde están saliendo los líderes? ¿En donde se forman y capacitan los líderes? ¿Qué grupo de personas está sobresaliendo en su habilidad de crear líderes que impactan de manera positiva al mundo?
Los autores Eric Geiger y Kevin Peck, argumentan que en primer lugar, deberían ser las iglesias. Estas deberían ser los lugares, los núcleos en nuestra comunidad, encargados de formar y capacitar a los líderes. ¿Por qué? Porque Dios nos ha llamado a cuidar el mundo, porque Dios nos ha llamado a crear discípulos - personas que lo siguen y transforman al mundo, y porque en Jesús tenemos el mejor ejemplo de liderazgo (una persona que dio su vida por el bien de los demás, una persona que dio de sí misma, para que otros pudieran crecer y avanzar). En los círculos cristianos hablamos del discipulado: el desarrollo de personas que son capaces de dirigir y de desarrollar a otras personas. Nuestro objetivo debería ser la formación de líderes capaces de dirigir y capacitar a otras personas en cualquier ámbito de la vida. Para quienes creemos en Dios, me parece que dichos autores tienen un argumento válido, aunque este también se puede adaptar muy bien a cualquier empresa u organización.
Ellos explican que los líderes no se forman de manera accidental, sino que esto requiere de un proceso intencional. Según ellos, muchas iglesias solo existen para mantener sus programas y servicios. En muchos casos, no hay un programa intencional para desarrollar líderes de una manera consistente. Pienso que lo mismo se podría decir de las empresas y las industrias. Siendo honestos, muchas de ellas solo existen para crear sus productos u ofrecer sus servicios y generar ingresos, pero en la mayoría de los casos no existen programas o estructuras intencionales enfocados a la capacitación y el desarrollo de posibles líderes. Quizás hay veces donde esto nos da miedo, ya que estamos muy conscientes de que la persona en la que nosotros hemos invertido diversos recursos a lo largo de varios meses o incluso años, se puede ir de nuestra empresa, de nuestra iglesia y llegar a trabajar en otra parte. Muchas veces incluso lo vemos como una pérdida, y cuando pensamos solamente en nosotros mismos, es lo que parece ser. Pero si nos ponemos a pensar en nuestra comunidad, o incluso en la misma persona, vemos que cada líder capacitado nos beneficia de una manera u otra.
Hoy simplemente te reto a preguntarte, ¿qué estoy haciendo yo para formar a futuros líderes? ¿Que estamos haciendo intencionalmente como empresa, iglesia u organización, para garantizar el desarrollo de más líderes? Quizás ya están trabajando sobre ello y si es el caso te quiero felicitar y animar a seguir invirtiendo en las personas. Si actualmente no es el caso, te animo a reflexionar y ver cuáles pudieran ser algunos primeros pasos.
De acuerdo a Geiger y Peck, una organización que desea formar líderes de manera intencional, debe de tener tres cosas:
Una profunda convicción de querer formar líderes.
Una sana cultura que permita el desarrollo de líderes.
Los constructos útiles para crear líderes de manera sistemática e intencional.
Durante las próximas semanas nos queremos enfocar más en estos tres elementos: convicción, cultura y constructos.
Esta serie se basa en el libro Designed to Lead por los autores Eric Geiger y Kevin Peck. Foto: Markus Spiske.
Gracias por la reflexión
veo que tenemos muchos buenos empresarios. pero donde están los líderes para las organizaciones.??