El entrenador de fútbol americano, Vice Lombardi una vez dijo, "los líderes no nacen, sino que se hacen. Y se hacen como cualquier otra cosa, a través del trabajo duro." Últimamente hemos visto la importancia de ser intencionales en la formación de líderes, y analizamos el rol que juegan tanto nuestra convicción como nuestra cultura en ello. Hoy concluimos, enfocándonos en los constructos. Estos son los sistemas, los procesos y los programas que ayudan a desarrollar a los líderes.
Al leer sobre este tema, me acordé del trabajo que hacía durante mis estudios en la preparatoria. Este consistía en fabricar puertas interiores para las casas. El propietario de la pequeña fábrica empezó por enseñarme los aspectos generales del taller, cosa que me ayudaba a ubicar las distintas herramientas y los materiales, así como tener una idea general de cómo elaborar una puerta. Luego me enseñó paso por paso como él hacía una puerta. Después me dio la oportunidad de hacer unas puertas yo mismo, mientras que él me observaba y me guiaba. Finalmente me dejó a cargo del proceso, pero seguía revisando los productos finales y ofreciendo retroalimentación para seguir afinando detalles y mejorando la calidad.
Los autores Geiger y Peck argumentan que los líderes se desarrollan, cuando el conocimiento, la experiencia y el coaching o acompañamiento convergen.
El conocimiento consiste en las verdades que los líderes deben saber y aprender.
La experiencia se trata de oportunidades continuas para trabajar y poner en práctica los conocimientos adquiridos.
El coaching ocurre cuando líderes con mayor experiencia acompañan a un líder nuevo, y le van ofreciendo retroalimentación para que este pueda crecer.
Analizando mi propia experiencia, veo que esto fue precisamente lo que hizo el propietario de la fábrica conmigo hace varios años. También fue lo que hizo Jesús con sus discípulos. Aunque tuvo amor y compasión con la gente y les servía, su enfoque estaba en los doce discípulos. Compartía su conocimiento con ellos y les hablaba directamente. Les proporcionaba experiencias cuando los invitaba a observar sus interacciones con las personas y los incluía en su ministerio. Respondía a las preguntas de ellos, les hacía otras preguntas y aprovechaba situaciones para enseñarles lecciones importantes.
Como se puede ver, cada uno de estos tres elementos es importante.
Cuando solo ofrecemos conocimiento, el resultado son personas con la cabeza llena que solo consumen, pero que nunca ensucian sus manos al servicio de los demás.
Cuando solo ofrecemos experiencias, podemos producir líderes poco efectivos que reciben su formación en entornos tóxicos y experiencias limitadas.
Sin conocimiento y experiencias, no tiene caso el acompañamiento, ya que no tenemos algo que decir, algo que aplicar o retroalimentación que dar.
Para concluir, cabe recalcar que el desarrollo de líderes se debería enfocar tanto en las habilidades de la persona, como en el carácter de la misma. Cuando las destrezas y habilidades de las personas superan a su carácter, las dejamos susceptibles al fracaso. Por ello, es importante el desarrollo integral de las personas.
Esta serie se basa en el libro Designed to Lead por los autores Eric Geiger y Kevin Peck. Foto: Andrea Piacquadio.
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