Para concluir esta serie, queremos ahora enfocarnos en la quinta y última cualidad que menciona Lencioni en relación con un equipo sano: el enfoque en los resultados o las metas colectivas. En realidad, cada organización enfrenta el riesgo de que los integrantes se preocupen más por su estatus personal o el estatus de su equipo, que por el éxito y el avance de la organización como tal.
Para algunas personas el simple hecho de pertenecer a un equipo es suficiente. Su lugar en dicho equipo les da prestigio y es lo que buscan. En realidad, no desean hacer grandes sacrificios o pasar por situaciones incómodas con tal de alcanzar resultados específicos que avancen a la organización. Para otros, lo más importante es que su equipo se vea bien, que su equipo consiga lo que quiere y no necesariamente que se alcancen los resultados colectivos que se acordaron para la organización. Finalmente, también hay que tomar en cuenta a cada individuo. La tendencia de las personas es buscar avanzar en su propia vida profesional, alcanzando mejores posiciones y posibilidades de trabajo. Cada persona quiere verse bien y ganar. Es por ello por lo que existe el riesgo de que terminen haciendo lo que les convenga personalmente y no tanto lo que le convenga a la organización como tal.
Visto desde esta perspectiva, se podría decir que aquellos equipos que se enfocan en los resultados colectivos buscan:
Retener a los empleados que están orientados en los objetivos.
Minimizar el comportamiento individualista.
Disfrutar el éxito y sufrir los fracasos.
Beneficiarse de individuos que sacrifican sus propios intereses y metas por el bien del equipo.
Evitar distracciones.
Quizás te preguntes, ¿bueno, y cómo puedo asegurar que mi equipo tenga su atención enfocada en los resultados? Lencioni propone dos formas para hacerlo:
Declarando públicamente los resultados deseados. Los equipos que simplemente dicen "haremos lo mejor", dejan la puerta abierta para el fracaso. Pero los equipos que están dispuestos a comprometerse públicamente a resultados específicos tienen una mayor tendencia de trabajar de forma apasionada e incluso desesperada por alcanzar dichos objetivos.
Recompensando aquellas acciones y comportamientos que contribuyen a alcanzar los objetivos. Una opción es ligar las recompensas, especialmente su compensación, al logro de metas específicas. Obviamente hay que tener en cuenta que una recompensa económica no es lo único que motiva a las personas. Aun así, el darles un bono por haber intentado sin obtener resultados, da a entender que nunca fue de mucha importancia alcanzar las metas propuestas.
Como en cada uno de los demás atributos, aquí el líder juega un rol importante. Cuando los integrantes del equipo notan que el mismo líder no valora los resultados, lo verán como un permiso para dejar las cosas a medias. Es por ello por lo que los lideres deben de poner el énfasis en los resultados y reservar el reconocimiento y las recompensas para aquellos que realmente contribuyen hacía el cumplimiento de los objetivos colectivos.
Resumiendo, Lencioni argumenta que el éxito de un equipo no se alcanza al entender y dominar teorías complejas, sino al aplicar el sentido común con gran disciplina y persistencia.
Estas ideas fueron tomadas del libro Las 5 Disfunciones de un Equipo por el autor Patrick Lencioni. Foto: Lukas.
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