El cuarto y último pilar de la inteligencia es el manejo de las relaciones que a su vez se divide en 5 cualidades:
1. Manejo de Conflicto
Es la habilidad de manejar a individuos, grupos o situaciones tensas y complejas con diplomacia y tacto. Esta cualidad se demuestra al enfrentar los conflictos, poner los desacuerdos sobre la mesa y buscar soluciones que todos puedan aceptar.
Algo que nos puede ayudar a desarrollar esta cualidad, es aprender a hablar abierta y respetuosamente de las cosas tensas que se perciben en el fondo. Así mismo sirve recordar que muchas veces el conflicto en sí no es el problema y que vale la pena encontrar la verdadera raíz del mismo.
2. Coach o Mentor
Se trata de la capacidad de fomentar relaciones con otros, que a largo plazo los llevarán a crecer y desarrollarse - de ayudar a otros a encontrar su propio camino hacia la excelencia a través de retroalimentación oportuna en relación a su trabajo. Un mentor es alguien que reconoce las fortalezas en otros y los alienta a perseguir sus sueños e intereses.
Un primer paso para ser un mejor coach, es ofrecer retroalimentación constructiva a empleados o compañeros de trabajo y tomarse el tiempo de escuchar sus aspiraciones, sugerencias e ideas.
3. Influencia
Es la habilidad de tener un impacto positivo en los demás, así como la capacidad de convencer a más personas a apoyar las ideas y sugerencias de uno. Alguien con influencia, puede facilitar un consenso y apoyo para alguna idea, mediante discusiones y argumentos que apelan al interés propio de cada persona.
Algunas maneras de obtener más influencia son: demostrando empatía hacia los demás, estableciendo relaciones, mostrando apreciación por otras personas y encontrando maneras de integrarlas.
4. Liderazgo que inspira
El liderazgo no necesariamente viene de figuras formales de autoridad, sino de las personas que actúan como líderes y asumen el rol de líder en un grupo o equipo de trabajo. Los buenos líderes inspiran a otros a través de visiones y metas claras, haciendo proyectos atractivos, motivando y generando un sentido de orgullo.
Podemos empezar a inspirar al motivar una actitud de "tu puedes" en los demás y al trabajar con un propósito bien definido.
5. Trabajo en Equipo
Aquí se trata de la habilidad de trabajar de manera cooperativa con otros y formando parte de un grupo. Se demuestra al mantener relaciones cooperativas con los demás, al promover un espíritu amigable de unidad y al respetar a otros y tomando en consideración sus opiniones y participaciones.
Para fomentar el trabajo en equipo, puede ser de ayuda organizar encuentros informales como una comida o un tiempo de café juntos para que los integrantes puedan convivir y conocerse más.
Conclusión
En resumen, la inteligencia emocional se divide entonces en cuatro aspectos generales:
¿Qué tan consciente soy de mis propias emociones?
¿Cómo me manejo a migo mismo?
¿Qué tan consciente estoy de mi entorno y de las personas que me rodean?
¿Cómo manejo a mi entorno y las demás personas?
Las respuestas a dichas preguntas determinarán hasta cierto punto el impacto que tendremos como líderes.
Foto: Andrea Piacquadio
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