Supongo que en algún punto de tu vida, te tocó visitar una feria, un circo o un parque de diversión. Muchas veces estos lugares tienen un área de espejos divertidos. Se trata de espejos que no son planos y que por ello distorsionan el reflejo de uno. Tienen distintas curvas que te hacen ver más alto y flaco, o más chico y gordo de lo que eres. Están hechos para hacerte reir, por que lo que reflejan es muy diferente a la realidad. Desafortunadamente también son la imágen de una gran tentación que enfrentamos como líderes: de proyectar una imagen falsa de nosotros mismos. Muchos líderes ni siquiera poseen una imagen realista de sí mismos.
Un liderazgo puede dar miedo. La mayoría de nosotros, muchas veces no nos sentimos aptos. Tenemos este temor en lo profundo de nuestro ser, de que si la gente realmente nos conociera, probablemente no quisieran ser nuestros amigos - mucho menos tenernos como líder. Durante los años 90, George O'Leary fue un gran entrenador de fútbol americano para el Georgia Tech. Cuando la universidad de Notre Dame lo invitó para ser su entrenador principal, las cosas empezaron a derrumbar. Por alguna razón, sintió que necesitaba fingir algo que no era, y por ello mintió sobre su educación, con la esperanza de dar una mejor impresión. Sin embargo cuando esto fue descubierto, O'Leary perdió su oportunidad de dicho trabajo. Desafortunadamente, cuando empezamos a distorsionar la imagen de lo que somos, esto siempre vuelve para afectarnos. Al final, la verdad tiende a salir y muchas veces el daño es mucho peor. A largo plazo, los atajos hacia la fama y el poder nunca pagan.
Quizás recuerdes la película Catch Me If You Can que salió en 2003. Esta historia, protagonizada por Leonardo DiCaprio, se basa en la vida real de Frank Abagnale Jr. y sus aventuras como doctor, piloto de aerolinea, banquero, inversionista, abogado y celebridad. La ironía es que en realidad nunca fue uno de estos. Se merece un reconocimiento por su representación de dichas profesiones. Sin embargo fue un fraude - simplemente pretendió.
Desde una temprana edad descubrió su talento para convencer a la gente de que era "alguien", meramente a través de su confianza y su habilidad de actuar. Con el tiempo aprendió a aprovechar este "juego" para ganar dinero y pronto se hizo adicto a estas pretensiones. Antes de que todo esto terminara, había entrado a un quirófano participando en una cirugía, estafado a bancos por miles de dólares, viajado como piloto en la cabina de un avión, y mucho mas. El único problema era que todo esto no era real - sólo había fingido. Después de algunos años quería salir; el encanto había desaparecido. Pero a estas alturas era complicado salir, ya que había creado una red sofisticada, basada en sus mentiras. El FBI empezó a buscarlo y finalmente terminó pasando años en una prisión federal. Frank tenía un inmenso talento, pero lo desperdició pretendiendo ser alguien que en realidad no lo era.
Se podría decir, que cada persona lleva 4 imágenes de sí misma:
La imagen que otros tienen de nosotros.
La imagen que procuramos dar a los demás.
La imagen que tenemos de nosotros mismos.
La imagen real - lo que realmente somos.
Muchas veces nos enfocamos demasiado en las primeras tres, cuando lo importante es la cuarta - la realidad. Al final del día lo que la gente busca, es un líder sincero y auténtico. Conforme pases por esta semana, te reto a hacer lo siguiente: no mientas, no exageres y no distorsiones la verdad. Cuando hables con otros, habla honestamente de ti mismo. Si descubres que exageraste algo, admitelo y discúlpate por ello.
Capítulo cinco, del libro "Habitudes: Images that form Leadership Habits and Attitudes" por el Dr. Tim Elmore. Foto: Nich & Chloe.
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