En todo el mundo, hay muy pocos estudiantes que disfrutan hacer examen. Cuando los profesores anuncian que habrá uno, generalmente les espera una reacción negativa. Aún así, se siguen aplicando para ofrecer a los alumnos la oportunidad de demostrar lo que han aprendido y entendido.
El autor Tim Elmore comparte una experiencia personal que vivió con su maestra de español. Explica que ella era una de esas maestras cariñosas con corazón de abuelita que amaba a cada uno de sus estudiantes. Le encantaba impartir clases, pero odiaba aplicar exámenes. Aún así, les daba un examen sorpresa de manera semanal, pero nunca sin primero decir, "muchachos, en serio no disfruto aplicar un examen, pero es la única manera de saber si están preparados para avanzar a la siguiente sección del curso."
Tenía razón. Los exámenes nunca son divertidos, pero son necesarios. Esto también aplica para nosotros como líderes. A través de sus vidas, los líderes enfrentan a diferentes exámenes, conforme pasan por distintos periodos de crecimiento. Las pruebas de la vida, son oportunidades que nos retan a demostrar que tenemos el potencial y la madurez para avanzar.
Dichas pruebas pueden venir en distintas formas:
Cuando se nos pide hacer algo inferior a nuestro potencial y talento.
Cuando se pone a prueba nuestro motivo de hacer las cosas.
Cuando se nos llama a administrar bien los recursos a nuestra disposición.
Cuando se pone difícil y no todo es divertido.
Cuando se ponen a prueba nuestros valores y nuestra ética.
Cuando nos corresponde, respetar a otras autoridades.
Cuando se nos ofende.
Las pruebas muchas veces llegan de manera muy sútil, como cuando la cajera nos devuelve más cambio de lo que nos corresponde, cuando nuestros compañeros de trabajo nos critican o cuando estamos tentados a renunciar por enfrentar decisiones complejas. Otras veces llegan en momentos críticos de nuestra vida, ya sea a través de algún evento o alguna persona. La manera en que respondemos ante dichas pruebas, determina si estas se convierten en un escalón o en una lápida.
Las pruebas son nuestros amigos, y no enemigos. Nos proporcionan todo tipo de información sobre nosotros mismos y de lo que realmente somos. Nuestra manera de responder determina si serán experiencias positivas o negativas. Tu vida diaria determinará qué tan preparado estás, para enfrentar las diferentes pruebas de liderazgo.
Para concluir, te invito a reflexionar sobre alguna prueba específica que tuviste que enfrentar este último año, y analizar cómo respondiste. Generalmente las pruebas tienden a revelar tres cosas:
Una pobreza interior - reaccioné peor que antes.
Una meseta interior - sigo respondiendo igual.
Un progreso interior - he crecido y respondí mejor.
En tu caso, ¿cuál de las 3 fue?
Capítulo ocho, del libro "Habitudes: Images that form Leadership Habits and Attitudes" por el Dr. Tim Elmore. Foto: Arthur Krijgsman.
Comments