En las últimas semanas hemos visto las cuatro distinciones de personalidades según Myers-Briggs, y analizado como cada una representa sus lados fuertes y débiles - cómo cada parte tiene algo importante que contribuir. Veamos ahora como último punto, cómo aplicar lo aprendido para llevar a cabo reuniones productivas.
El profesor George Lehman, propone los siguientes puntos:
¿Qué opina cada persona? Al ver los distintos temas en mesas directivas, es importante que cada persona sea escuchada. Recuerden que mientras algunos se expresan con facilidad y tienden a dominar las discusiones, hay otros que cuentan con buenas ideas pero que les cuesta expresarlas. Por ello es importante preguntarles que opinan, ofrecerles un espacio para que también hablen y darles tiempo para reflexionar al respecto.
¿Qué se está tratando? Por un lado es importante analizar los diferentes detalles del tema a tratar, sobre todo para garantizar el debido seguimiento y resultado. Pero por otro lado no hay que perder de vista los rasgos o aspectos generales del tema. Vale la pena preguntar ¿qué queremos alcanzar, y que se necesita para llegar a ese punto?
¿Qué implicaciones tiene nuestra decisión? Necesitamos analizar la información que tenemos a la mano y ver la realidad que enfrentamos. Sin embargo también nos debemos preguntar quiénes saldrán afectados por nuestra decisión y qué impacto puede tener para ellos. Esto hará una diferencia en la manera en que informamos e implementamos nuestras decisiones.
¿Cuánto tiempo tenemos para hacer una decisión? Por un lado habrá personas que quisieran tomar decisiones y concluir el tema esa misma reunión, mientras habrá otras que van a querer posponer la decisión hasta donde se pueda, para analizar distintas opciones y ver si surgen mejores posibilidades. En estos casos puede ser de ayuda si se analiza el tiempo con el que se cuenta, y se establece una fecha o un tiempo límite, que sea realista para llegar a una decisión. Hay que recordar que tanto las decisiones apresuradas, como las demoradas por demasiado tiempo, pueden tener consecuencias serias.
Tomando en cuenta estas diferencias de personalidad, puede llevar a un mejor entendimiento mutuo. Donde se aprovechan las fortalezas de cada uno, se puede obtener reuniones más eficientes y productivas, y sobre todo mejores decisiones.
Esta serie actual se basa en los trabajos de Katherine Cook Briggs e Isabel Briggs Myers. Foto: Fauxels.
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